¿Existen las deudas inteligentes? Hablemos sobre la liquidez en una pyme

¿Existen las deudas inteligentes? Hablemos sobre la liquidez en una pyme

Existen alternativas de deuda que, con ciertos beneficios especiales, le permiten a una Pyme acceder a recursos disponibles a la vista para enfrentar los desafíos diarios y que a pesar de las dificultades, el negocio siga funcionando con liquidez y astucia.

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Sobrevivir. Ese parece ser el el principal objetivo de las Pymes en mercados que son cada vez más competitivos y en los que los cambios en las tendencias de consumo y innovación, desafían su estabilidad y no les permite relajarse ni un segundo. Pero son muchas más las circunstancias que terminan por condenar a las pymes a la desaparición, principalmente, la ausencia de capital de trabajo, o bien, de recursos que les permitan operar.

Para describir ese momento en el que la empresa funciona pero no cuenta con el dinero suficiente para pagar sus cuentas y entregar su producto o servicio, y entonces se ve en la obligación de tomar decisiones críticas, en los ecosistemas de emprendimiento han acuñado el término “valle de la muerte”. Si bien este concepto se relaciona principalmente con las startups tecnológicas, refleja muy bien la situación que enfrentan las Pymes en buena parte del mundo.

Y aunque algunos logran atravesar el valle de la muerte y salir con vida, lo cierto es que la tasa de mortalidad es supremamente alta. Si bien en Colombia no existen cifras oficiales que abarquen todo el universo de Pymes, que junto con las microempresas representan más del 90% del parque empresarial del país, la Confederación Colombiana de Cámaras de Comercio asegura que luego de cinco años de haber iniciado actividades, solo el 40% de las empresas del país sobreviven. Pero esta es una cifra demasiado optimista, pues las probabilidades indican que para las Pymes es muchísimo más frecuente fracasar que alcanzar la estabilidad o el éxito.

Para explicar esta situación, es necesario remitirse a los problemas que más aquejan a las Pymes. De acuerdo con la Gran Encuesta Pyme de Anif, los altos impuestos, la falta de liquidez en pymes, la competencia de las grandes superficies, los costos de los insumos, la tasa de cambio o la rotación de la cartera (cuentas por cobrar), son los desafíos más grandes para llevar a cabo las actividades cotidianas del negocio. Sin embargo, muchas de esas variables pueden controlarse.

Apalancarse para operar: una garantía de estabilidad

Si bien los préstamos suelen utilizarse para realizar inversiones que generan beneficios en el mediano o largo plazo, existen mecanismos de deuda para respaldar el funcionamiento diario de una Pyme, de tal forma que pagar los proveedores, estar al día con la nómina y finalmente, atender los compromisos con los clientes, no sea un dolor de cabeza.

Por ejemplo, el crédito rotativo es un modelo de deuda que se ajusta en buena medida a las necesidades de la Pymes, pues funciona como una tarjeta de crédito sin plástico y a una menor tasa de interés. Es decir, se trata de un cupo de dinero determinado del cual la Pyme dispone para utilizar bajo su propio criterio de acuerdo a las diferentes necesidades que pueda tener.

Incluso, algunos de estos productos ofrecen beneficios extra como por ejemplo, dispersar la deuda en el plazo máximo de cuotas cada vez que se utilizan los recursos, de tal manera que los pagos mensuales no se incrementen dramáticamente y el negocio pueda asumirlos. Así mismo, algunos productos permiten que una vez se paguen las cuotas de la deuda, el cupo disponible se libere y de esa forma, la Pyme pueda echar mano de ese capital siempre que lo necesite.

Como es normal, adquirir este tipo de deuda tiene un costo y representa un compromiso con la entidad que lo otorga. Sin embargo, es también una garantía para que una Pyme pueda seguir funcionando y pueda enfrentar situaciones tan adversas como por ejemplo, que los grandes clientes de los cuales es proveedora, demoren hasta 120 días en pagar sus cuentas.

Pasar el examen: un estándar de calidad

Fuera de la ventaja que implica para las Pymes contar con un capital a la mano para resolver las necesidades diarias, adquirir deuda, particularmente con una entidad financiera formal, supone también cumplir con ciertos estándares de calidad que representan confianza para el que presta el dinero y tranquilidad para el que lo obtiene.

En otras palabras, a diferencia de un prestamista informal a quien no le interesa en qué se va a utilizar su dinero, las organizaciones especializadas evalúan el estado del negocio para determinar el riesgo de prestar sus recursos y tener así cierta certeza de que estos serán devueltos en el futuro. En ese sentido, antes que ser un obstáculo, los requisitos para que una Pyme acceda a un préstamo formal, son una prueba de la solidez de la misma.

Una investigación reciente de los profesores Rebel Cole (Florida Atlantic University) y Tatyana Sokolyk (Brock University, Ontario), sugiere que las empresas que utilizan créditos bancarios en su etapa inicial, luego de tres años reportan casi el doble de ingresos que aquellas compañías de tamaño similar que no tomaron deuda; así mismo, aseguran que las compañías que se financiaron con fondos personales o tarjetas de crédito, tuvieron en promedio 57% menos beneficios que aquellas que no adquirieron deuda. La razón de esta tendencia entre más de 5 mil compañías, es que las entidades financieras son "buenos jueces de lo que hace exitoso un negocio, pues la adquisición de una deuda a nombre de un empresa es también una evaluación de la misma”.

Esta investigación sugiere que el motivo por el cual quienes se endeudan a nombre propio tienden a obtener peores resultados incluso que aquellos que no adquieren ninguna deuda, es que su capacidad de crédito se llena y entonces, no les queda espacio para crecer. Así, quienes utilizan líneas de crédito personales tienden a quedarse sin margen de acción para enfrentar dificultades futuras.

De tal forma que si es quincena y no le alcanza para pagar la nómina del mes, respire profundo y piénselo dos veces antes de sacar sus ahorros personales del banco para suplir esta necesidad. Lo cierto es que pedir recursos prestados para operar siempre será una buena alternativa que de administrarse correctamente, asegurará la liquidez y por ende, el funcionamiento de su Pyme.

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