La cultura organizacional: el trampolín de las metas empresariales

La cultura organizacional: el trampolín de las metas empresariales

Los líderes de las empresas son los responsables de establecer los comportamientos y los hábitos que constituyen la cultura organizacional y deben velar porque esté alineada con la estrategia de negocio. En todas las empresas, sin importar el tamaño, existe una cultura organizacional y aquí le contamos cómo fomentar las prácticas que le ayudarán a lograr los objetivos de negocio.

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FEBRERO/ 19 /2024

Hasta hace poco, los directivos de las empresas diseñaban una estrategia y asumían que los trabajadores la sacarían adelante sin mayores inconvenientes, pero en la última década se hizo evidente que no bastaba con hablar del qué se quería alcanzar. La clave estaba en el cómo iban a lograr esos objetivos y es en ese terreno en el que entra en acción la cultura organizacional, que determina cuáles son los comportamientos que se deben fomentar para contribuir al logro de las metas.

En este artículo le contamos de qué manera se puede diseñar y fomentar una cultura organizacional tangible y potente que genere motivación y sentido de compromiso con el propósito de la empresa.

Tabla de contenido:

  • ¿Qué es la cultura organizacional?
  • 4 pasos para construir la cultura organizacional
  • Ventajas de fomentar la cultura organizacional

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¿Qué es la cultura organizacional?

La cultura organizacional se refiere a los comportamientos que tienen las personas en el día a día de una empresa, en relación con su rol en la organización. Estos comportamientos, a su vez, son el resultado de cómo se sienten los trabajadores en su entorno laboral.

Por ejemplo, una compañía puede establecer que un comportamiento deseado en sus empleados es el espíritu de innovación, entonces el líder tiene que favorecer esos procesos y promover el aporte de ideas en las diferentes áreas del negocio.

Ana Cecilia Jaramillo, psicóloga con 35 años de experiencia liderando procesos de cultura en empresas del sector de telecomunicaciones y azucarero, así como en instituciones privadas, dice que cuando el líder se involucra y da ejemplo de los comportamientos deseados, las personas ven la conexión que existe entre lo que dice y hace, y se conectan con un propósito superior.

4 pasos para construir la cultura organizacional

El primer punto es comprender que la cultura organizacional y la estrategia están conectadas. Por lo tanto, antes de hablar de cultura organizacional, una empresa debe contar con una plataforma estratégica que incluya su misión, visión y valores corporativos.

A partir de ellos puede moldear la cultura organizacional. Si un negocio tiene una misión clara con respecto al aporte que quiere hacer al mundo, una visión retadora y unos valores definidos y vividos en su interior, es un negocio inspirador y esto genera un impacto directo en su cultura.

Siempre debe existir coherencia entre los objetivos del negocio y los comportamientos esperados para llegar a ellos. En ese sentido, estos son algunos pasos a seguir por parte del líder de la empresa, según sugiere la experta:

  1. Preguntarse cómo quiere que los grupos de interés internos y externos, trabajadores y clientes, vean a la empresa. Es decir, si busca que los demás perciban que es una empresa incluyente, orientada al servicio, innovadora o transparente, entre otros.
  2. Apoyarse en su equipo de trabajo cercano o los jefes de cada área para definir los comportamientos deseados que van a contribuir a esa percepción de los grupos de interés así como al logro de los objetivos de negocio.
  3. Generar dinámicas de conversación en las que los colaboradores puedan expresar sin miedo aquello que disfrutan, les molesta o les genera ansiedad de su trabajo. También son los espacios idóneos para identificar si la gente percibe al líder como alguien que vive la cultura que pregona o no moldea con el ejemplo.
  4. Definir claramente qué significa cada comportamiento que forma parte de la cultura de la empresa, de tal forma que, por ejemplo, cuando se establezca la amabilidad con los proveedores como parte de la cultura, se pueda describir claramente a qué se hace referencia: darle prioridad a las comunicaciones de los proveedores, respondiendo de manera oportuna y en un lenguaje de respeto y consideración a sus inquietudes y requerimientos.

Y aunque las empresas pueden contratar estudios que evalúen la cultura organizacional, es muy sencillo para el líder hacer un alto en el camino y observar de qué se manera se comporta su gente: cómo responden las llamadas, en qué términos redactan los correos, cuál es la percepción de los proveedores con respecto a la forma en que los tratan los empleados, de qué manera resuelven las diferencias los equipos de trabajo, entre otros.

Ventajas de fomentar la cultura organizacional


Fomentar la cultura organizacional genera beneficios para las empresas a nivel interno y externo. Por un lado, los empleados se conectan con las metas colectivas, desarrollan un mayor compromiso o corren ‘la milla extra’, especialmente, si logran una conexión fuerte con su líder y se consideran parte de las decisiones que se toman.

Cuando la cultura organizacional es transparente e incluyente, se registra una mayor productividad de los trabajadores y una menor rotación de personal. Esto a su vez, es positivo para las empresas porque no solo ahorran los costos relativos a la búsqueda y entrenamiento de talento, sino que pueden enfocarse en el logro de sus metas.

El diálogo es clave para fortalecer la relación con los empleados, pero también existen otras estrategias de fácil implementación para reconocer a quienes están más comprometidos con los comportamientos deseados por la empresa. Aunque es posible acudir a métodos sofisticados de recompensas, otros no exigen una gran inversión, pero sí logran el efecto de mostrar cuál es la importancia de adherirse a la cultura organizacional.

Algunas empresas ponen en un lugar visible una cartelera en la que los miembros del equipo pueden dejar mensajes de reconocimiento para quienes viven la cultura organizacional. Esto representa, además, un incentivo para que más miembros del equipo asuman un compromiso similar con su trabajo.

“Hacia el exterior de la empresa, por otro lado, la cultura organizacional produce un resultado mágico porque los proveedores, clientes o usuarios perciben el trato de quienes los atienden y lo asocian con el producto o servicio que adquieren. Ahí se da la conexión entre la estrategia y la cultura”, concluye Ana Cecilia Jaramillo.

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