Producción y tecnologías integradas, el futuro del desarrollo sostenible empresarial

Producción y tecnologías integradas, el futuro del desarrollo sostenible empresarial

Los procesos de producción agrícola sostenible no solo son un ideal de desarrollo. También pueden hacer crecer a una pyme.

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Definido de forma muy simple, el desarrollo sostenible empresarial es un acto de equilibrio sobre tres pilares: el desarrollo económico, el desarrollo social y la protección del medio ambiente. Llevados al campo de la agricultura sostenible, esos tres pilares se refieren a la capacidad de llevar a cabo procesos económicamente viables para las empresas y los agricultores, al bienestar de las comunidades impactadas por la actividad agrícola y a la promoción de técnicas para la preservación y el buen uso de los recursos naturales, como el suelo o el agua.

Se trata de una interrelación compleja, que sin embargo, presenta buenas oportunidades de crecimiento para las pymes agrícolas y los agricultores pequeños. Dejando por ahora de lado modelos y prácticas específicas de agricultura sostenible, vamos a revisar tres maneras en las que un enfoque de este tipo puede impulsar el crecimiento de una empresa.

Siendo más eficiente en los costos de producción.

Los proyectos de agricultura sostenible deben encontrar alternativas para que los recursos naturales que hacen parte de su proceso de producción sean mejor aprovechados y utilizados de forma más eficiente. Piensa en el uso del agua. En el caso de la irrigación de cultivos, por ejemplo, un sistema de irrigación podría recolectar y aprovechar aguas residuales tratadas o podría programarse para variar la cantidad de agua utilizada según la etapa en la que se encuentra el cultivo. Además, un ajuste simple como identificar y reparar a tiempo las fugas de agua en ese sistema, también puede aportar a la reducción de los costos de producción.

Otro ejemplo es la reutilización de residuos orgánicos. En este caso, utilizarlos como fertilizantes permite mejorar el manejo y la conservación de los suelos, al mismo tiempo que reduce el uso de fertilizantes artificiales que el agricultor debe comprar. Como afirma la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), “más que una carga, los residuos orgánicos son un recurso”, que puede ser aprovechado para reestablecer nutrientes en el suelo o también para producir biogás, que puede utilizarse como combustible, por ejemplo, en secadores, hornos, estufas y calderas.

Accediendo a soluciones tecnológicas innovadoras.

Para lograr un desarrollo sostenible en los procesos de agricultura, los agricultores y empresarios agrícolas deben pensar en nuevas tecnologías que estén diseñadas según ideas y principios sostenibles. Se trata de una inversión que puede ser alta, cierto, pero se trata también de una inversión que tiene un alto potencial de ser rentable a mediano y largo plazo. Eso se traduce en una ventaja competitiva, en buena medida por que las empresas que lo hagan no solo van a adquirir tecnología, sino el conocimiento para implementarla, el tiempo para aprender del proceso y con eso la autoridad para ser líderes en su sector y asesorar a otros agricultores interesados en prácticas sostenibles.

Incluso, las pymes pueden comenzar por acceder a tecnologías menos costosas y sofisticadas, pero no por eso menos eficientes para aportar a la construcción de un modelo sostenible. Por ejemplo, piensa en aplicaciones conectadas a sistemas de monitoreo y registro de data, que como escribe la Revista Dinero, permitan “monitorear las plagas, pronosticar el impacto del clima, evaluar la eficiencia de la fumigación y analizar las condiciones del suelo, con el propósito de identificar el método de fertilización más efectivo”.

Mercadeando productos desarrollados sosteniblemente.

A medida que crece la conciencia en torno a los efectos de la agricultura industrial en el medio ambiente y en las comunidades que impacta, una porción cada vez mayor de personas tienden a inclinarse por el consumo de productos agrícolas que tienen un proceso de producción más sostenible y amigable. Incluso, están dispuestas a pagar más, como sucede con los productos de agricultura orgánica. Eso representa una gran oportunidad para las pymes que quieren ser empresas promotoras de desarrollo sostenible, dándole un valor agregado a sus productos, ser más competitivas y posicionarse frente a un grupo de consumidores que sigue creciendo.

Finalmente, es importante que las empresas agrícolas y los agricultores investiguen sobre experiencias sostenibles en otros países donde se cultiven los mismos productos en condiciones climáticas similares. Hacerlo no solo les permite descubrir nuevas tecnologías para incorporar a un sistema de cultivo, sino en general, aprender sobre estrategias que mejoren la producción, la hagan más sostenible o abran la puerta a nuevas oportunidades de negocio para producir o transformar un producto y sus desperdicios.

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