5 principios para adoptar la mejora continua en tu empresa

ENERO/ 31 /2024

Entre las herramientas que permiten elevar la productividad en las empresas la filosofía Kaizen, formulada hace más de 70 años, sigue generando gran impacto y promete integrarse con métodos más modernos, como Scrum y Agile, para detonar el crecimiento y la rentabilidad de los negocios. Le contamos cómo aplicarla en su negocio.

Tabla de contenido

• La metodología Kaizen impulsa la mejora continua
• Principios de la filosofía Kaizen
• La transformación digital necesita orden
• Principios de la filosofía Kaizen

“Locura es hacer siempre lo mismo esperando resultados diferentes”. Esta frase que se le atribuyó por décadas al físico Albert Einstein pero en realidad parece haber salido de una novela de finales del siglo XIX, retrata muy bien lo que hacen muchos empresarios en su gestión diaria: repetir las mismas fórmulas que no han dado los resultados deseados, esperando que la próxima vez sí sean efectivas.

Es tan fuerte la inercia de este actuar, que los equipos de trabajo se adaptan y pierden la capacidad de encontrar oportunidades para hacer las cosas de manera diferente. Es en este punto, donde inicia el marchitamiento de los modelos de negocio generando riesgos para su supervivencia.

Pero también está el otro extremo, donde la tendencia de innovación está a la orden del día y no permite consolidar ningún proceso o estrategia porque se mantiene un eterno pivoteo, con lo cual se compromete la sostenibilidad de los emprendimientos y las empresas.

Para Diego Avendaño, ejecutivo con más de 30 años de experiencia en industria 4.0, transformación digital y mejora continua en multinacionales de la talla de Team Foods, Orbis, y Brinsa, estos comportamientos evidencian los conflictos que viven los empresarios al definir las prioridades en la explotación de sus negocios, y la exploración de nuevas oportunidades de crecimiento.

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La metodología Kaizen impulsa la mejora continua

La buena noticia es que los empresarios no tienen que elegir entre la inercia o el caos, porque con la metodología Kaizen es posible encontrar un punto medio para avanzar hacia un futuro promisorio, haciendo cada día pequeñas mejoras que, de manera acumulativa, generan un cambio profundo en los procesos y la cultura en la empresa.

De acuerdo con Avendaño, el concepto nació en Japón a mediados de los años 50, luego se expandió por el mundo y tuvo evoluciones. “Kaizen es una filosofía que motiva a la gente a involucrarse en un proceso que es continuo y la invita a no quedarse quieta, ni a conformarse”, explica el experto que ha estado al frente de plantas de producción en diversas regiones de Colombia.

Para comenzar a transitar por el camino Kaizen no se requieren grandes inversiones, aunque es deseable contar con el acompañamiento de personas que tengan experiencia probada aplicando la metodología, pues no se trata de llevar herramientas teóricas de un libro, sino de conocer cada negocio y recomendar los pasos adecuados.

“En esencia -dice Avendaño- es básico comenzar a medir todos los indicadores clave de la empresa para evaluar su evolución en el tiempo. Luego, es fundamental trabajar en que todos los miembros del equipo se involucren para hacer mejoras. Al final, pero no menos importante, está la elección de las herramientas más pertinentes para la etapa y el tipo de negocio”.

La transformación digital necesita orden

De acuerdo con el experto, pareciera existir un choque entre el método japonés, basado en disciplina sostenida y de largo plazo, y las metodologías modernas tipo Scrum o Lean en donde el imperativo es hacer revisiones continuas, ajustes veloces y saltos cuánticos en los modelos de producción en tan solo semanas.

“Estoy convencido de que en cierto punto las dos metodologías serán compatibles y complementarias. Lo que me preocupa, lo digo por mi experiencia en el sector industrial colombiano, es que la mayoría de las empresas en el país se saltaron el modelo de mejora continua”.

Es así como muchas de las empresas, en su afán por implementar mejoras que les permitan aumentar su productividad y competitividad en plazos muy cortos, quieren entrar de manera acelerada en la industria 4.0 corriendo el riesgo de “automatizar el caos”. En términos coloquiales, quieren aprender a montar bicicleta cuando ni siquiera han aprendido a gatear.

En este sentido, implementar metodologías de mejora continua permite hacer un paso ordenado hacia la transformación digital, evitando automatizar procesos que no aportan beneficios en términos de productividad y eficiencia.

Principios de la filosofía Kaizen

Para evitar caer en este error, existen 5 principios de la filosofía Kaizen que las empresas pueden implementar para avanzar en una mejora continua que los lleve a los resultados esperados. Aquí se los explicamos de manera sencilla:

1. Cambiar la mentalidad:

La única manera viable de lograr mejoras continuas es trabajar con la gente, que es la responsable de hacerlas realidad. Mostrar el beneficio de esta nueva mentalidad será un argumento valioso y adoptar comportamientos cotidianos que fortalezcan esa mentalidad asegura ese cambio.

2. Hacer pequeñas mejoras de manera sostenida y continua:

Los verdaderos cambios surgen de pequeños pasos que se mantienen en el tiempo y se hacen a diario, no se debe restar importancia a ese peldaño que los equipos logran subir cada día.

3. Ver la empresa como una cadena de producción integrada:

Las empresas logran cumplir sus objetivos cuando su cadena interna de producción opera de manera óptima. Por lo tanto, es vital que todos los colaboradores tengan esa perspectiva integral para que entiendan el impacto que generan en toda esa cadena desde sus propios roles.

4. Incorporar la cultura de la medición y el rendimiento de cuentas:

Los indicadores son la base de la mejora continua porque como repiten comúnmente los expertos, lo que no se mide no se puede gestionar ni mejorar. Definir los indicadores clave así como las metas de la empresa y, en cascada, los de cada área es un paso esencial para avanzar en la mejora continua.

5. Planear y ejecutar un plan de mejora continua:

Es fundamental pintar una ruta de trabajo para avanzar de manera ordenada y garantizar los recursos que se requieren en las diferentes etapas. Es en esta fase cuando se eligen las herramientas más adecuadas para lograr los objetivos de mejora de la empresa.

Por último, recomienda que los gerentes generales y todos los líderes de equipos y áreas se pongan en los zapatos de sus colaboradores y recorran sus plantas de producción con frecuencia, o participen en el día a día de los procesos.

No se trata de hacer microgerencia sino de ‘vivir’ la cotidianidad de la empresa para medir el impacto de esta filosofía, identificar qué recursos faltan, qué se ha hecho y qué se debe reforzar.

“Si es una empresa de software, por ejemplo, mi recomendación es que el CEO vaya y mire lo que está haciendo su programador, hable con él y entienda sus necesidades”, afirma el experto con respecto a esta práctica que se debe volver habitual.