Aprenda a separar las finanzas de una empresa de las personales

Aprenda a separar las finanzas de una empresa de las personales

Ser riguroso en este sentido le ayuda a organizar su dinero, pero sobretodo, a evitar que usted y su empresa caigan en una crisis al mismo tiempo.

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A pesar de ser una de las prácticas más elementales para mantener en orden el universo financiero de cualquier empresario, separar las finanzas personales de las finanzas de una empresa es una idea que no siempre se respeta. La costumbre, cuyo impacto parece menor y fácil de gestionar en un principio, puede luego convertirse en un dolor de cabeza contable, e incluso, en una fuente de inconvenientes legales.

Cuando piense en finanzas, usted y su pyme deberían comportarse como entidades separadas e independientes. Una de las razones es que las finanzas personales y las finanzas de su empresa tienen objetivos muy distintos. En el primer caso, la planeación de finanzas personales responde a temas como ahorro, vivienda, familia, educación, salud, entretenimiento y retiro. Mientras tanto, las finanzas del negocio se relacionan con conceptos como pagos de nómina, capital de trabajo, inversión y crecimiento.

No diferenciar esos objetivos representa un doble riesgo, porque una serie de errores podría poner en dificultades las finanzas en ambos frentes. Y esa es una posición demasiado incómoda, no solo para un empresario, sino para las personas en general. Por eso –– aunque a veces las líneas puedan ser borrosas, como veremos más adelante –– cualquier dueño de una empresa debe ser riguroso en la separación de sus finanzas, comenzando con tener productos y servicios bancarios independientes.

Productos y servicios bancarios independientes

Básicamente hay tres productos o servicios que su pyme debería tener y que deberían mantenerse separados de aquellos que usted probablemente ya ha solicitado a título personal: una cuenta corriente, una cuenta de ahorro y una tarjeta de crédito empresarial.

+ Cuenta corriente. La idea es que pueda convertirla en el centro de operaciones financieras de su empresa, administrándola a través del portal en línea de su banco. Desde allí usted puede desembolsar pagos de nómina y de proveedores, así como recibir cualquier recaudo producto de los negocios con sus clientes. Además, hacer seguimiento de todos los movimientos y del estado de su cuenta es mucho más fácil, pues los bancos le ofrecen reportes personalizados según los requerimientos de su empresa.

+ Cuenta de ahorro. Cuando una empresa está comenzado y se encuentra en el proceso de consolidar su negocio es probable que el dinero para ahorrar no abunde. Sin embargo, tener una cuenta de ahorros para construir un fondo a largo plazo es una estrategia de planeación interesante. No solo puede darte un respiro en momentos difíciles, sino más importante aún, más adelante podrás dirigir esos recursos a una inversión que genere crecimiento.

+ Tarjeta de crédito empresarial. Las tarjetas de crédito empresariales están diseñadas como productos financieros específicos para empresas. Las condiciones no son las mismas que la de su tarjeta de crédito personal y por lo tanto no debería usarlas indistintamente. Lo más importante, sin embargo, es que una tarjeta empresarial es el primer paso para crear un historial de crédito independiente para su pyme. Y ese historial es una de las puertas de acceso a créditos más grandes para el desarrollo de su negocio.

¿Y qué hay del banco? ¿Debería tener ambas cuentas en la misma entidad? No necesariamente, a pesar de que hacerlo puede ayudarlo a establecer una relación más cercana con su banco, que podría ser útil en algunas situaciones. Sin embargo, cuando se trata de su negocio lo más importante es encontrar las mejores condiciones y soluciones posibles. Y puede que las encuentre en un banco distinto al suyo.

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Las líneas borrosas

Para separar sus finanzas y tener un panorama real sobre el territorio personal y el empresarial, hace falta saber identificar las líneas borrosas, que por ejemplo, pueden estar en gastos como alimentación, servicios públicos, telefonía móvil, viajes y transporte. En general, el objetivo es no mezclar los bienes personales con los del negocio y mantener las facturas o los comprobantes de pago separados y organizados.

La razones para hacerlo son varias. En primer lugar, le permite hacer seguimiento a sus gastos y diferenciarlos claramente. En segundo, le ayuda a crear presupuestos realistas para hacer planeación, y en tercera instancia, le ayuda a mantener la transparencia impositiva para sus finanzas personales y empresariales. Esto último es especialmente importante para su pyme, porque le permite blindarse en caso de una auditoria tributaria y evitar posibles multas por irregularidades contables.

Finalmente, desconfié de los préstamos entre usted y su empresa. A no ser que sea absolutamente necesario, no dependa de bienes o créditos personales para financiar su negocio, ni tome dinero de la empresa para financiar sus actividades personales. En ambos casos, se trata de un mal hábito entre emprendedores y dueños de empresas que usted no debería reproducir

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